Hace sol y además frío, me gustan estos días.
Sales y ves caras rápidas, manos escondidas y cuellos metidos entre los abrigos y bufandas. Hasta hoy creo que yo también iba con el cuello escondido, aunque no hiciera frío. Desde hace muchos meses, pero que muchos meses. Todos los que han hecho falta para que me balanceara en la cuerda nueva de la que tiro ahora.
Si os preguntáis el porqué del título allá va:¡estoy hasta aquí! casi, casi de todo.
De entregar treinta años de mi vida a la persona equivocada, de dedicar mi tiempo a su tiempo, de abandonar aficiones, de hacerme creer que vendrían más oportunidades, de pelear por un trabajo inútil, de desperdiciar tiempo en creer ¿en creer qué?, de ser una guerrillera del delantal... y así seguiría un buen rato más.
¿Y ahora qué? Lo primero cerrar esas ventanas para que el ruido de las obras de peatonalización me dejen de martillear (un ruido menos en mi cabeza). Luego rutinear por casa- lo justito-, salir con mi perra, mejor dicho la de mi hija, que me la cede 18 horas al día; cocinar como a mí me gusta y lo que a mí me gusta.
Como decía Borges " He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz."Y no hay más, pero mañana sí habrá más y ya lo contaré.
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¿Quien se anima? Es mi primera vez, me está gustando. Con todo lo que yo leo, creí que mi cerebro estaba programado sólo para recibir. Esto va a se como un libro de viajes: Mi viaje, mi viaje por mi vida.
